Ubicado a solo dos horas de Córdoba capital, este pintoresco pueblo, restaurado por artistas franceses, se destaca por su tranquilidad y su rica historia. Con uno de los árboles más longevos de la región, este destino serrano ofrece una experiencia única para quienes buscan alejarse del ruido de la ciudad.
Su encanto colonial y su historia relacionada con el Camino Real lo convierten en un lugar imperdible. Si estás buscando un lugar tranquilo cerca de Córdoba para disfrutar de un fin de semana, este pueblito serrano es la opción ideal.
Este pequeño pueblo, llamado Ischilín, es un verdadero tesoro escondido en el norte de la provincia de Córdoba. Fundado en 1640, Ischilín forma parte del antiguo Camino Real al Alto Perú, lo que lo convierte en un lugar lleno de historia y tradiciones. Sin embargo, uno de los aspectos que más llama la atención es la intervención artística del pintor Fernando Fader, un artista francés que eligió este rincón cordobés para pasar sus últimos años.
Uno de los mayores atractivos del pueblo es un algarrobo de más de 400 años que se encuentra en su Plaza Central. Conocido como “el abuelo,” este árbol es uno de los más antiguos de la región y ha sido testigo de la evolución del lugar desde sus inicios como un puesto en el Camino Real.
Desde Córdoba, podés tomar la Ruta Nacional 9 hacia Deán Funes y luego recorrer 20 kilómetros por un camino de ripio. También podés acceder desde la Ruta Nacional 38 pasando por Capilla del Monte.
Este pueblito es ideal para quienes buscan una experiencia diferente, conectada con la naturaleza, el arte y la historia.
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