septiembre 19, 2024

Clodomira – Santiago del Estero

Murió Heleno, el cantante de La chica de la boutique



La palabra que circula en las redes es «tristeza». Murió Heleno, el creador de La chica de la boutique, su canción más popular, y cantante pelado antes que Luca Prodan y el Indio Solari. Tenía 83 años y su nombre real era Miguel Ángel Espinosa..

«La rodilla que cantaba», le decían cariñosamente. Ese tema era uno de los favoritos de la época beat. Hizo bailar a todo el mundo. «Iba yo paseando/vidrieras mirando…» Su familia, a través de su sobrina Mariela Espinosa, informó que murió el 16 de septiembre a la tarde.

Heleno fue, dentro del panteón de los cantantes de baladas románticas argentinas, casi un misterio. Elevado a la bien merecida categoría de cantante de culto, creció entre Floresta y Villa Luro. Había nacido en el mes de diciembre de 1941 y desde niño le atraía mucho el fútbol. Dicen incluso que la movía bastante bien en los potreros de la zona y que tenía olfato de gol. Pero un día se cruzó en su vida una guitarra y una melodía del cantante estadounidense Ricky Nelson. Miguel ahora quería cantar.

Su primer destino musical, a los 15 años, fue un grupo de rock. Se daban en llamar Los Baby Rockers. Tocaban para los vecinos en el Club Terremoto de Villa Luro.

Influenciados por el rayo que iba de Bill Haley a Elvis Presley, eran un quinteto que también le hacia lugar al repertorio empalagoso, donde la voz de balada romántica del futuro Heleno encajaba a la perfección. Tanto lo aplaudían cuando él agarraba el micrófono que un día, animado por amigos y familia, decidió ser solista.

Fueron años de fatigar clubes como el Brisas del Sud, de Parque Avellaneda, o José Hernández de Mataderos. Cantaba acá y allá bajo el poco feliz nombre de Darío Coty.

Un perfil escrito por el periodista Eduardo Barone para este diario, da a entender que algo le faltaba al joven baladista. Y eso era un golpe de suerte. Casi diez años tuvieron que pasar hasta que una noche La Fortuna se dio cita en un bar del centro. Cantando solito con su guitarra acertaron a escucharlo unos periodistas que de casualidad habían pasado por el lugar. Entre ellos estaba Leo Vanés, famoso cronista de espectáculos y chimentos que tenía ciertas conexiones con las casas discográficas.



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