septiembre 19, 2024

Clodomira – Santiago del Estero

noqueó en el séptimo al irlandés TJ Doheny y ratificó que es el rey absoluto de los supergallos


Con una actuación sólida y un final anticlimático, Naoya Inoue extendió su hegemonía indiscutida en la división supergallo y ratificó su pertenencia al podio de los mejores boxeadores libra por libra del planeta. El nipón derrotó por nocaut técnico en el séptimo asalto al dignísimo y valiente irlandés TJ Doheny en el Ariake Arena de Tokio y conservó por segunda vez los cuatro cinturones de las 122 libras.

Favorito a niveles estratosféricos, Inoue planteó un pleito paciente, inteligente y de desgaste ante un adversario que, pese a ser un noqueador (había logrado 20 de sus 26 triunfos por la vía rápida antes de este combate), en los primeros rounds se mostró cauto y pasó demasiado tiempo con la espalda contra las sogas.

Con pocos pero certeros golpes, el japonés se embolsó cómodamente los primeros capítulos. Después de seis minutos en los que casi no sacó las manos, ante el riesgo inminente de un contraataque, el irlandés comenzó a soltarse en el tercer capítulo e incluso acertó algunas combinaciones interesantes. De todas maneras, los impactos del local siempre eran más contundentes.

Ya conviviendo con un corte en el puente de la nariz, sufrido en el cuarto asalto, el zurdo Doheny, de 37 años, se lanzó al ataque en el quinto, pero recibió unos cuantos vueltos de Inoue. Para colmo, el desgaste que le habían generado la movilidad constante para defenderse y los golpes quirúrgicos que el nipón le había conectado comenzaron a pasar factura al excampeón supergallo de la Federación Internacional de Boxeo (fue propietario de ese título entre agosto de 2018 y abril de 2019).

Naoya Inoue logró su novena victoria consecutiva por nocaut. Foto: Hiro Komae / AP.Naoya Inoue logró su novena victoria consecutiva por nocaut. Foto: Hiro Komae / AP.

Con muy poca energía en el tanque, el sexto round fue un suplicio para el visitante, que había llegado a este combate con el respaldo de tres victorias categóricas en suelo japonés en los últimos 14 meses. Con dificultades regresó el visitante a su esquina después de esos tres minutos de actividad. Los 16.500 espectadores que abarrotaban el Ariake Arena empezaron a palpitar el final.

El desenlace se produjo efectivamente en el séptimo asalto, pero con una definición muy poco vistosa. Doheny salió a pelear notoriamente disminuido y luego de solo 10 segundos y de haber recibido una combinación al cuerpo, se señaló la cintura y le indicó al árbitro húngaro Bence Kovacs que no continuaría combatiendo. Así se selló el 28° triunfo consecutivo de Inoue y el 25° por la vía rápida, y la primera derrota antes del límite del irlandés radicado en Australia.

Mientras el vencido se dirigía a los vestuarios cojeando y extremadamente dolorido, el campeón analizó su victoria. “El boxeo no es un deporte fácil, no es cuestión simplemente de salir y noquear a tu rival. Así que me aseguré de planear cuidadosamente el combate, salí a dañarlo poco a poco, lo fui debilitando round a round. Creo que la pelea terminó por la acumulación de golpes a las zonas blandas. No creo que haya sido un desenlace tan satisfactorio como todos esperaban, pero a veces hay peleas como esta”, evaluó el peleador de 31 años nacido en Zama y radicado en Yokohama.

Después de firmar su noveno nocaut consecutivo (el último que llegó a escuchar la decisión de los jueces en un duelo ante él fue el filipino Nonito Donaire en noviembre de 2019), Inoue ya comenzó a evaluar su próximo paso, que probablemente se concrete en diciembre en Tokio. El rival más probable es el invicto australiano Sam Goodman (tiene un récord de 19-0), primero en los rankings de la FIB y la Organización Mundial de Boxeo, aunque en la fila también asoma el uzbeko Murodjon Akhmadaliev (12-1), número uno en el escalafón de la Asociación Mundial de Boxeo.

Naoya Inoue celebra su victoria junto a su padre y entrenador, Shingo, y a sus hermanos, Takuma y Koki. Foto: Hiro Komae / AP.Naoya Inoue celebra su victoria junto a su padre y entrenador, Shingo, y a sus hermanos, Takuma y Koki. Foto: Hiro Komae / AP.

Después de ese pleito, es probable que el exmonarca minimosca, supermosca y gallo busque nuevos horizontes. Al menos así lo señaló Bob Arum, coorganizador de la velada del martes junto a Ohashi Promotions, la empresa que maneja los intereses del japonés. “Regresaré a Tokio para otra defensa de estos títulos a fin de año y luego queremos tenerlo (a Inoue) en Estados Unidos para una gran celebración en Las Vegas”, señaló el veterano Arum, hombre fuerte de Top Rank.

A principios de junio, Inoue había viajado a Nueva York y había manifestado su deseo de combatir en territorio norteamericano. “Siento que ahora mi nombre es más reconocido y quiero volver a pelear acá”, aseguró durante la ceremonia en la que recibió de la prestigiosa Asociación de Escritores de Boxeo de Estados Unidos el premio Sugar Ray Robinson, que lo distinguió como el mejor boxeador de 2023. Su última en ese país fue en junio de 2021, cuando noqueó en el tercer asalto al filipino Michael Dasmarinas en Las Vegas.



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